Para mentes divagantes que se aburren con facilidad, esta es una buena técnica.
¿Por qué? Porque te obliga a prestar atención a lo que estás haciendo, le da a tu mente una tarea concreta y si seguís esa tarea, en un chischás estás coloqueti coloqueti (traduzco: en un período breve de tiempo entrás en un estado de absorción mental muy interesante).
Bien, ¿de qué se trata «Anuloma Pranayama»?
Por empezar, debemos decir que los «pranayamas» son ejercicios para regular la energía vital o el «prana». En general se hacen controlando de alguna manera la respiración, puesto que es a través de la respiración que percibimos la mayor cantidad de «prana».
Particularmente en Anuloma Pranayama se inhala por las dos fosas nasales y se exhala en forma alternada por una y otra fosa nasal. Para esto se utilizan las manos en un «mudra» o gesto específico que ayuda a ir tapando al ternadamente las narinas según se necesite.
Para meterte en la práctica de este ejercicio, podés venir a clase o entrar en Comunidad Yogui, y en el Módulo V, sobre Pranayamas, buscar esta técnica que tiene su tutorial y su práctica guiada.
Lo que te voy a dejar acá es una información interesante sobre sus efectos y beneficios:
Dice Iyengar que en Anuloma, al igual que con Nadi Shodhana, «los nervios se calman y se purifican. Asimismo, la mente se vuelve tranquila y lúcida.»
Y según Ramiro Calle:
- Se estimulan todas las funciones mentales.
- Se equilibran las energías positivas y negativas, regulándose la función del prana y los subpranas.
- Se regula la acción cardiaca.
- Se obtiene un considerable dominio sobre el aparato respiratorio.
- Se despejan las impurezas de las vías respiratorias.
- Se mejora el riego sanguíneo a todo el cuerpo.
- Se aumenta la capacidad de resistencia del organismo.
- Se combate la tensión neuromuscular y psicomental.
Prometedora, no?
En resumidas cuentas, si te cuesta concentrarte, te aburrís fácil y necesitás una técnica que te acomode un poco, Anuloma Pranayama puede ser muy útil.
Lo que sí te recomiendo es que la tomes con cuidado, con respeto y seriedad. Y no porque sea una técnica sagrada transmitida por grandes maestros a lo largo de miles de años (que de hacho, lo es), sino porque si la hacés con descuido, es posible que en lugar de beneficios, te traiga malestar. Y quién quiere eso.
No es chiste trabajar con la respiración. Mejor hacerlo bien.
Para aprender esto y más sobre Yoga, es acá
por Gabriela Mangone