Si hay algo muy nombrado en las clases de Yoga, es la respiración. Y particularmente, la respiración completa.
¿Quién no quiere ir a Yoga «para aprender a respirar»? (*spoiler alert:* si estás leyendo esto es porque estás respirando desde que naciste, lo cual implica que ya sabés respirar, saludos)
Entonces quizá lo que queremos es «respirar mejor» o «tener alguna herramienta que nos sirva para no volvernos locxs en el cotidiano», verdad?
Perfecto, la respiración completa es una técnica en la que se intenta utilizar toda la capacidad pulmonar, llenando por completo los pulmones al inhalar y vaciándolos completamente al exhalar.
Esto se hace siguiendo un orden en particular (sobre el cual hay divergencias de acuerdo a los diferentes autores) y tiene instancias más simples y más avanzadas.
Hasta aquí, información muy escueta sobre la técnica, pues todos esos detalles los vemos en clase o los encontrás en cualquier video de Youtube. Pero lo que me gustaría hoy es meterme más en todo lo que no llegamos a charlar en las clases.
La cuestión es que, si bien no es igual de popular en todas las escuelas yóguicas, hay un respeto instalado por esta respiración, y pareciera que sólo decir «respiración completa» o «respiración yóguica» implica hablar de algo sobre lo cual no se puede tener ninguna objeción o poner en tela de juicio.
Pero acá me ves, trayendo, como siempre, la polémica a los temas sobre los cuales se da todo por sentado.
Entonces…
Voy a empezar diciendo que la respiración completa NO ES una respiración que se desee tener en la vida cotidiana. Es un ejercicio de respiración pensado para hacerse en un momento determinado y con un fin en particular.
¿Qué quiere decir esto? Que por más que aprendas la respiración completa, no tiene sentido que quieras hacerla las 24 hs del día. No te va a servir, vas a hiperventilar y después quién te aguanta.
Si querés una respiración BUENA para hacer todo el día, pues una respiración abdominal natural es una gran respuesta (y no es que lo diga yo, Satyananda lo dice, Sivananda lo dice, etcétera).
Ahora bien, ¿de qué me sirve entonces hacer respiraciónes completas?
Atendé bien a lo que dice Ramiro Calle sobre los beneficios de esta respiración:
- Perfecciona considerablemente todo el aparato respiratorio y previene contra desórdenes del mismo.
- Energiza y revitaliza.
- Seda el sistema nervioso central y equilibra las emociones.
- Desarrolla la capacidad de atención y concentración.
- Regula la acción cardiaca.
- Favorece el máximo aprovechamiento de las energías.
- Mejora la función cerebral.
- Despeja de impureza los canales de energía y el prana puede circular más libremente por los mismos.
Entonces, hacer respiraciones completas es una gran manera de aportar salud al cuerpo y traer calma y serenidad a la mente. Es una forma excelente de comenzar el día o comenzar la práctica de yoga.
Pero no podemos andar todo el día con el sistema nervioso sedado, porque si tenemos que reaccionar ante un peligro, estaríamos completamente desvalidos.
Ahora, si queremos ganar claridad mental y aplomo, para luego poder discernir con lucidez y saber qué hacer ante situaciones estresantes, ahí si que es muy útil practicar respiración completa.
Por ende (y acá viene otra polémica):
Si estás en el medio de una crisis de estrés, ansiedad, malestar… es bastante probable que no te sirva de nada hacer respiración completa. Ahí no te va a servir más que para frustrarte porque no te sale.
Pero lo que sí te puede dar resultado es hacer estos ejercicios con regularidad, un ratito cada día, como quien se toma una pastillita a diario.
¿Vas a evitar tener situaciones estresantes? No lo creo.
¿Vas a reaccionar con más entereza ante esas situaciones? Lo más probable es que sí.
por Gabriela Mangone